CUENCA.

 

 

Situada en la meseta meridional entre la llanura manchega y la serranía ibérica, junto a los ríos Jucar y Huecar se encuentra Cuenca.

En la Prehistoria esta región estaba poblado por tribus celtibéricas de los olcades.

 

 

Aparece citada por primera vez en fuentes musulmanas en 784, dependió de los  Taifas de Valencia, Sevilla y Toledo.

Los  taifas son los nombres que se les daba a los reinos independientes musulmanes que se formaron a la caída del Califato de Córdoba. Perteneció entonces a la taifa de Toledo hasta que fue conquistada por Al Mu´Tamid de Sevilla quien la cedió al rey Alfonso VI, ( En distintas consultas, leo que fue como dote de la boda del Rey con la hija de al Mu´Tamid y en otras que Zaida como así se llamaba, era una de las concubinas de Alfonso VI.)

 

 

Casas colgadas, hoy museo de arte moderno.

 

 

Alfonso VI perdió Cuenca a consecuencia de la derrota sufrida en Uclés en 1108

 por Yusuf ibn Tasufín

Alfonso VIII de Castilla con la ayuda del Rey de Aragón, Pedro II Reconquistó Cuenca en el 1177, concediendo a sus habitantes numerosos privilegios. En 1190 y 1191 otorga a Cuenca un fuero particular, una recopilación de los usos y costumbres jurídicas de Castilla.

 

 

Después de reconquistada Cuenca, Alfonso VIII cristianiza la mezquita y 10 o 15 años mas tarde construye la catedral que  su esposa Leonor de Inglaterra acompañada de maestros normandos, construyen la primera catedral gótica de Castilla.

 

 

 

 

En la baja Edad Media se inicia un periodo de prosperidad, con un rápido crecimiento de la ganadería e industrias que se formaron derivadas de la misma, tales como, fabricación de tapices, alfombras, telares, etc.

En 1630, la cabaña lanar entra en decadencia y como consecuencia toda esta industria que dependía de la ganadería, entra en declive la manufactura de la lana. Su población comienza a disminuir, de tal forma que en 1728 solo había 1564 habitantes.

 

 

 

En 1706, es bombardeada por los ingleses y se apoderan de ella, siendo recuperada tres meses mas tarde por Felipe V.
En 1808 fue saqueada e incendiada  por las tropas de Napoleón y recuperada finalmente por los españoles.
En la primera guerra carlista, el general Cabrera quiso conquistarla fracasando en el intento, pero en la tercera fue asaltada y saqueada por el infante Alfonso Carlos de Borbón.
En 1996 su casco antiguo, que conserva un importante patrimonio histórico, es declarado Patrimonio de la Humanidad.