COVADONGA Cuna de la reconquista

Covadonga, tradición e historia, símbolo de jornadas gloriosas y origen de nuestra reconquista.

Concha Espina, en el prólogo de un cuaderno de poemas dice; Covadonga, Altar Mayor de España, trono roquero de La Santina en la montaña de Auseva con las aguas lustrales de la independencia española, en la roca viva de nuestro corazón nacional.

El Marqués de Santa María  de Villar dice: La Santa Cueva de Covadonga, que fuera en tiempo cuartel general de Don Pelayo y de sus bravos astures, se abre en el centro de una enorme roca, enclavada en la extremidad de un angosto valle limitado por tres cerros, como el ojo de un cíclope petrificado fija su mirada en la inmensa mole de Priena, entre los picos del Auseva y los eternamente nevados de Peña Santa. en su derredor el paisaje es un alarde  prodigioso de la naturaleza y Juan Antonio Cabezas dice; Covadonga es poesía, es leyenda, es devoción  patriótica y religiosa, es un sueño de piedra y cielo. Todo allí es un milagro de

 Dios. 

                                                                                                                                              

   En la entrada a Covadonga, nos encontramos con dos leones  yacentes  tallados en piedra del escultor italiano  Marchesi, destinados a panteón pontificio, admirados en Venecia  y llegados a Covadonga por el Patronato Nacional.

En este  colosal escenario y colgada de la montaña, se halla la Santa Cueva, donde ya con anterioridad a la batalla de Covadonga, se veneraba a la Virgen.  Lugar donde Pelayo huido de Guadalete y unido a los astures dieron batalla a los guerreros musulmanes, iniciando así la reconquista, que terminaría casi 800 años después en Granada

          El recinto tiene un bello pórtico natural y un túnel artificial que da acceso a la antigua colegiata, obra del arquitecto Luis Menéndez Pidal.

La Santina como es llamada cariñosamente por los asturianos, se encuentra colocada de tal forma que domina todo el entorno, sobre el chorrón, cascada que cae del interior de la gruta y fuente que la tradición  popular dice,  que todo aquel que beba de ella se casará en el año.

La imagen de la Virgen fue llevada a Paris en 1.939 para ser  recuperada al término de la guerra  por algún cargo político o militar. La embajada por medio del doctor Don Pedro Abadal, que después de muchas dificultades consigue recuperarla.

                                                           

Tumba de Pelayo.

 A la derecha de la capilla se encuentra el sepulcro de Don Pelayo y al fondo también a la derecha se halla el de Alfonso I

                                                                                                                                     

                 

                                                           

      

                                                                   

                                                                    BASÍLICA

En 1.777, un incendio destruyó el templo que se hallaba contiguo a la cueva donde se encuentra el altar de la Virgen. Durante un largo periodo de tiempo quedó desolado y en estado ruinoso.

        

Cuando el prelado Dr. D. Benito Sanz y Forés, recién incorporado a la Diócesis de Oviedo visitó Covadonga. decepcionado exclamó ¡ Esto es Covadonga ! ¿ Esto es lo que ha quedado de la cuna de la reconquista de España ?  Sentimos nacer en el corazón deseo ardiente de reparar las ruinas de la casa de Dios y de María y levantar un monumento digno de Covadonga.

Un siglo después es Alfonso XII, el que impulsa de nuevo  la construcción del templo.

En aquel tiempo se había afincado en Corao ( Pueblo cercano a Covadonga ) Alberto Frasinelli conocido como el Alemán, al que encargan los planos, que realiza con total aprobación de todos los técnicos. El Alemán, era un gran dibujante, pero no era arquitecto por lo que tubo que ceder su puesto a Federico Aparici, arquitecto titulado de la Academia de Bellas artes. De todas formas ha podido dirigir las obras hasta la cripta.

                                                                                     

Para preparar la superficie había que troncar la cúspide del monte Cueto, donde se hizo la explanada para construir la basílica.

La basílica en construcción

  El 22 de Julio de 1.877 , El Rey enciende la mecha del primer barreno y comenzaban las obras el 11 de Septiembre de 1877. Sanz y Forés colocaba y bendecía la primera piedra.

          

El arquitecto Federico Aparici, modificó los planos de Fransinelli. Algunas personas, como el Marques de Pidal preferían que fuera como los del proyecto original, de todas formas el templo quedó a satisfacción, destacando su elegancia, en especial sus tres ábsides y la armonía de su interior . Según el Maques de Lozoya. Uno de los mejores templos construidos en Europa  en esta época.

                                                     

                                  

Esta campana es meramente decorativa, fue realizada en los altos hornos de Asturias en la Compañía Metalúrgica de la Felguera. pesa 5.ooo Kgs. y mide tres metros de alto. Es donación al santuario de Sizzo-Noris y D. Luis González Herrero.